Visualizar algo implica confiar en el discurso o andamiaje conceptual necesario para su aparición. Sería imposible ver algo si no nos recargásemos en la nube de relaciones y fuerzas que permite la construcción de un horizonte. En este sentido, visualizar no está definido por lo observado sino en la manera que afecta a las relaciones que la estructuran.

La aparición y diagramación presenta y contrasta modelos de sistemas, evidenciando espacios vacíos o saturados y al mismo tiempo introduce unidades de escala y proporciones. La búsqueda de una forma o un cuerpo es un intento por definir una frontera entre el todo y sus partes, la voluntad del individuo y las omniscientes órdenes del colectivo. ¿Cómo decidimos lo que vemos? ¿Cómo se definen esas unidades que nos permiten anclar en el territorio iconográfico y abrir nuestro imaginario? ¿Quién cuenta la historia de esas formas?

Aby Warburg es conocido como el padre de la iconología en la academia moderna. Veía una transmisión histórica ininterrumpida entre las imágenes, vinculando a la sociedad moderna con orígenes primigenios. Se preguntaba insistentemente ¿Qué es una imagen? ¿Cómo se realizan los vínculos entre las imágenes? ¿No son las imágenes siempre otras? ¿Qué es lo que está frente a nosotros?

El modelo occidental de conocimiento concibe la verdad como una figura fulgurante. La verdad ofrece luz desde una fuente única y usamos esta claridad y energía para ver el mundo. Como palomillas nos sentimos atraídos por esta fuente de conocimiento.

El mitologista y teórico Furio Jesi propone un modelo de conocimiento diferente. Concibe la verdad como algo secreto y obscuro (en una caja en el centro de nuestra psique) a la que nunca podremos acceder directamente pero que funciona como motor de un deseo infinito. Esta potencia metahistórica y arquetípica nos arroja interminables figuras e imágenes: mitologías que de manera simultánea se aproximan a la realidad. Llama a este modelo de conocimiento “La máquina Mitológica” y nos permite explicar la función del mito y la ideología, es decir, del método en que nos reconocemos, como ente colectivo pero con variables en constante transformación. ¿Cómo se pueden entender estos procesos de lo social? ¿Se pueden controlar y alterar estos procesos o están auto-regulados? ¿Es posible hacer un mapa de esta psyche política?

Estos dos teóricos proponen una relación entre la forma en que concebimos las imágenes y  la idea que tenemos de lo social y lo político. Este seminario propone escucharlos en una conversación imaginaria donde cada uno expone lo que entiende por psique social, el gesto y la memoria. Nos proponen algunas claves de lo que es posibilidad de lectura en flujos de imágenes, el movimiento de los cuerpos y la tenue barrera entre la unidad y lo múltiple.