Nube y Piedra_Alejandra Freymann

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Este contenido se publicó en junio de 2019 y ha sido ARCHIVADO por lo que probablemente ya no sea relevante.

El próximo sábado 29 de junio a las 20:00 horas en el Espacio Cultural Kanoko, tendrá lugar  la inauguración de la exposición de pinturas titulada ‘Nube y Piedra’ de la artista Alejandra Freymann. La muestra se podrá visitar hasta el 15 de septiembre, en horario de 17:340 a 20:30 en la calle Los Tintes 11 de Cuenca.

En la presente exposición Alejandra Freymann (México, 1983) despliega un cuerpo de trabajo inspirado en la atmósfera onírica del pintor Flamenco Joachim Patinir (hacia 1485-1524), uno de los pioneros del género paisajista durante el S. XVI. La artista parte de una reinterpretación personal de la obra El paso de la laguna Estigia (Óleo sobre tabla, 1520 – 1524) de Patinir, para retomar una mezcla de escenario poético, donde se entremezclan la naturaleza y lo sublime, desde su propio universo personal.

En una sensación de sueño inacabado, Freymann nos propone acceder a una realidad más allá de lo visible, lejos y detrás de una quietud aparentemente inerte. Se trata de una invitación a un mundo regido por el inconsciente y las preguntas existenciales que interrogan el alma humana en diferentes dimensiones. En la representación de Patinir, Caronte sustituye a la muerte para guiar a las almas en una mezcla de iconografía del imaginario cristiano y grecorromano; en el caso de Freymann, su vocabulario personal permanece, cargado de enigmáticas figuras atemporales, suspendidas en un aura de misterio y cierto tenebrismo.

Al respecto de esta propuesta la artista reflexiona:

“En Caronte cruzando la laguna Estigia, el sujeto, situado en el centro de la imagen hace de medida del paisaje y de puente entre los mundos de lo mítico y la naturaleza visible.

En una fantasía en torno a este cuadro, Caronte estaría llevando al alma desde este paraíso perdido, que es el estado pre-reflexivo, hacia este otro mundo, en el que el cancerbero separa el mundo natural del conflicto propio de la cultura y la civilización. En una doble fantasía, Caronte va y viene de las dos orillas, y el alma humana estaría en constante viaje entre estos tres mundos: el espacio mítico del inconsciente -como reducto del paraíso perdido-, la tierra como escenario en el que tienen lugar el eterno conflicto humano, el mundo de la cultura y la civilización -la naturaleza convertida en territorio- y la naturaleza en sí misma que opera como antesala de los dos anteriores.”

Como una constelación poética del paisaje, pequeños fragmentos se deprenden de esa doble fantasía que recorre el cuadro principal, para ensayar desde lo mínimo otros marcos y combinaciones posibles, que dibujen distintas sensaciones y significados. La relación con la naturaleza, en este caso, sucede con el hombre como medida; como sujeto que ordena el teatro de lo visible, desde un estado intuitivo, más allá de la lógica o de una consciencia establecida.

Se trata entonces de una reinterpretación libre, en formato de “pequeño delirio” entre aquello que existe, pero no vive, aquello que hay que poner en movimiento, y aquello que se esboza desde los sueños, con extrañeza y levedad.

Leyla Dunia

Junio, 2019. Cuenca.